miércoles, 16 de julio de 2008

FÓRMULAHOUSE

Gemela: Planeta Churror

La Fórmula es el Género, la fórmula es la especie, lo formulaico es lo genérico, y la “fórmula particular” de x director que es su estilo o visión. También hay diversos géneros que clasifican temáticamente a determinadas películas. Drama, comedia, terror, ciencia ficción, etc. Y también existen subgéneros, clasificación establecida por términos cualitativos o financieros de una película: la famosa serie B. ¡Taaraaaán!. Lo que distingue a la serie B es su pobreza cinematográfica, producto de la escasez de dinero en su manufactura. O al revés… o lo que suceda primero. GRINDHOUSE rinde homenaje a la Fórmula (o la falta de ésta) de este (sub)género. Las hermanas gemelas A prueba de muerte y Planeta terror – personificadas por las gemelas reales que aparecen en ambas cintas, cuñadas del director de la segunda, parece – siguen la “Fórmula B”: mucha acción y diversión sin justificación, argumento risible, personajes forzados y situaciones gratuitas, descuidos técnicos, ínfima calidad cinematográfica, etc, etc. Excepto el presupuesto, claro. Pero algo pasó, las hermanas son totalmente diferentes. Planeta Terror cumple con la parodia y se erige en un sabroso Churro a toda ley, tanto, que uno no puede sino saborearse Machete; pero su carnala no resulta tan divertida. A prueba de muerte es diferente, porque ella es gemela de sí misma: Death proof es Grindhouse. ¿Cómo?. ¡Es 2x1!. ¿Eh?. ¡Es dos películas en una misma!. Y la película no tiene madre. Pero sí padre, y su creador es un genio. No sólo por eso, sino porque se da el lujo de echar abajo lo que aparentemente homenajea. Y de paso, dice una sagaz crítica española, Tarantino escupe a los fans y a la Crítica, sectores que según el texto de la mujer ibérica, el director desprecia no sin poco disimulo. Y tiene sentido porque a Tarantino le vale madre y no entrega lo que Rodríguez , divertimento fútil, sino que da algo más pero recubierto con una enorme envoltura de superficialidad. A prueba de muerte no es una película fácil ni “demasiado divertida” como la serie B a la que aparentemente rinde culto, porque sólo da dos momentos de eso: la escena del choque (metáfora de una brutal violación, dice Almudena, y lo confirma el largo monólogo del pinche Comisario mamón, y que al momento de verlo me recordó a aquél monológo-epílogo usado por Hitchcock al final de Psicosis) y la secuencia final de la persecución (que es la metáfora del orgasmo fémenino, dice Jordi, y ambos dicen bien pues desde esas ópticas tienen lógica), y eso es muy poca violencia para un Churro B que se precie de serlo, y las expectativas de fans y público en general sobre Tarantino se quedaron muy cortas. Y es por ello, según infiero, que a muchos no les gustó: porque la formula tarantinesca no está presente, fuera de los diálogos y toda esa esencia muy suya que transpira toda la película (¿como la despreciada Jackie Brown?). Por tanto, la historia resultó ser “aburrida”, “lenta”, “lineal”; defraudando a la gran mayoría de fans/público/crítica. Cuestión de gustos.

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