domingo, 2 de noviembre de 2008

Mi gusto es

El 8 veces y al mismo tiempo 3 veces heroico cine mexicano actual, debo escupirlo, me entusiasma. Lo digo por dos buenas hechuras fílmicas que fueron de mi agrado: Arráncame la vida y Bajo la sal. Primero la primera. Cine de época, ubicada en las décadas posteriores a la Revolución. ¿Qué?, es buena la pinche película. Y por fin hacen algo decente. El argumento, (algunos) diálogos (muy inteligentes), los personajes y las actuaciones (la Talancón, sss, sobre todo), la dirección, la fotografía, creo que es una película muy lograda. Me cuadró, me cuadró. Y la segunda, Bajo la sal de uvas pícot, una película de género (trhiller) muy bien hecha, superó mis frívolas expectativas. La historia avanza a ritmo sostenido y logra que uno se involucre hasta el final. Ambas guardan cosas en común que las coloca por encima de la media del cateado cine nacional: no son chilangadas de violencia urbana ni retrato (in)fiel de la sociedad ni denuncia social. Bueno, Arráncame la vida está contextualizada en el DF, pero una ciudad de México de antaño irreconocible pero asombrosamente bien representado. Las groserías casi siempre están bien dichas y suenan bien cuando los actores las emplean. Sobre todo en Bajo la sal casi no se escuchas hasta después de media película, pero cuando se emiten suenan bien (lo que es un lastre en muchas películas mexicanas). Ambas producciones tienen argumentos y personajes sólidos y, lo que es más importante, son ENTRETENIDAS. Nunca aburren con un ritmo pesado ni con los pinches arrebatos de los directores que quieren educar o lucir cuánto saben o por qué directores/películas están influenciados. Como el pretencioso y muy limitado director de Amor letra por letra, comedia protagonizada por Silvia Navarro, sí, la de las telenovelas; que es una churrada… pero amena por momentos, palabra. En fin. Creo en el cine mexicano. Porque fue bueno, hubo talento, directores, guionistas, actores. Y no sólo los de la época dioro, sino en los setentas con los politizados Ripstein, Cazals, Hermosillo y toda esa banda tan intelectualizada y pretenciosa y ambiciosa pero que tejían grandes historias y sabía contarlas. No como los gaznápiros de ahora que creen saber mucho y nunca pueden armar un buen guión ni dirigir medianamente bien.
El Cine Mexicano actual no tiene por que ser lento, pero tampoco ser necesariamente insustancial. Puede ser de cierto "contenido" y a la vez atractivo para las mayorías, y no sólo refugiarse en sus habituales seguidores. Como Arráncame la vida y Bajo la sal, que son interesantes, tienen “tema” pero no aburren con intelectualadas; como Sangre, por ejemplo, que no he podido terminar porque me parece ridícula, un alarde de supuesto Cine de arte de su fantoche director que, para mí, es un alumno incompleto y una mala copia de Reygadas, que es otro pedo y digno de otra entrada. Pero éstas dos pelíuclas resultan atractivas para el Gran público mexicano, que tan prejuiciado está respecto a su propio cine. También por culpa de las malas películas que se han hecho. Y por una colosal influencia del cine gringo que tiene al público tan acostumbrado a las gringaderas… entre otras cosas, según mis nervios. En fin, creo en el cine nacional y en las nuevas-nuevas generaciones que lo están haciendo, porque hay talento, hay idea, y una que otra mamada, pero en general me agrada.

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