lunes, 14 de julio de 2008

El regreso de la Fórmula viviente

La Fórmula no se crea ni se destruye, sólo se transforma. Se adapta a las nuevas generaciones mimetizándose al entorno. El público está expectante, deseoso de saber más. Dale. El público te espera. Bien. Lo sorprendente de LA MISMA LUNA es, contra todos los pronósticos y prejuicios, una película realmente buena. El elenco resulta acertado, Del Castillo y Del Derbez hacen olvidar su pasado telenovelero y cumplen. Y el que sobresale es Adrián Alonso. El chavito tiene ángel, lástima que de grande se parecerá a Chabelo; pero muestra capacidad y, ante todo, carisma, cosas que muchísimos de los pocos actores nacionales no tienen. Y más sorprendente aún es que bien pudo llamarse LA MISMA FÓRMULA. El uso del suspenso, los momentos melodrámaticos (sobre todo el inicio está, literalmente, de telenovela), la combinación del humor en momentos de dramatismo, la música, el ritmo perfectamente bien llevado... todo, todo está cocinado con el Formulario jolibudense pues posee el aroma del típico Churro bien cocinado (mmmm, ¡riquísimo!). Y quizá por eso, funcionó y duró tanto tiempo en cartelera, algo inusual para una producción nacional. Patricia Riggen, la directora del filme, imprime toda la hechura jolubudense a su película. Porque estudió Cine allá, quizá. Y no es egresada del CUEC o del CCC o de alguna otra universidad mexicana, que obviando excepciones sólo produce cineastas medianos, pretenciosos e incompletos que parece que egresan habiendo estudiado a Eisestein hasta la saciedad pero que nunca cuajan un historia decente, y ni siquiera el montaje de la escuela soviética saben siquiera imitar en sus pinchurrientas películitas, eso se ve... si alguien las ve. En cambio, la directora de La misma Luna (¿no es ella la realizadora de aquél excelente cortometraje de casi media hora titulado "La milpa"?) primero promovió la cinta en Estados Unidos, vía el Festival de Sundance; donde dicen los díceres que al finalizar la función fue ovacionada durante algunos minutos. Y al verla, tal acontecimiento no se me hizo exagerado. Y yo también la aplaudo. Porque la película es sumamente disfrutable. Sí, sí, tienes sus detallitos, pero la historia logra conectar, convenze y, sobre todo, conmueve. La verdá.
Pa que digo que no si sí: la (pinche) película es muy buena. Y la directora supo venderla, primero a los gringos (los Hnos. Weinstein la compraron, según) y ya con todo el apoyo de una productora gringa, aquí fue estrenada con ¿200? copias, un número descomunal para una producción no ya mexicana, sino hablada en castellano. Pero como la trama comprobó su eficacia en el público norteamericano y éste al igual que el mexicano ha sido educado ampliamente por Jolibud, por consecuencia lógica lo que funciona allá también funciona en taquilla aquí, y aquí La misma Luna vaya que funcionó. Y lo que no... pos no. Y fue lo que le pasó a Tarantino y Rodríguez, el espectador gabacho no entendió la broma dual empaquetada en Grindhouse, y Miramax, la ex productora de los Hnos. Weinstein precisamente, finaciadores de cabecera de Tarantino, decidieron venderla en Máxico y el resto del mundo por separado. Y fue ahí donde la puerca torció el rabo: La Fórmula se esfumó. La "fórmula personal" de Tarantino no pegó con DEATH PROOF, y fans y público en general no se lo perdonaron...

No hay comentarios:

Catálogo y Opiniones

(Des)informes / (Des)conozca más

Mi foto
LEÓNidas, Gto., La región más transparente del aire, St. Kitts & Nevis
Buen samaritano. Justo entre los justos. Sentado a la derecha del Padre...

YOMERO

YOMERO
¡Yupi!