sábado, 26 de julio de 2008

Crhistopher Nolan: un anarquista en Hollywood

“Introduce un poco de anarquía”, dice el Guasón en tono retador al recién nacido como Dos caras, y luego agrega: “altera el estado de las cosas”. Y para este tecleador, de opiniones extravagantes y posturas extremas, eso es lo que hizo Christopher Nolan desde el interior de Hollywood (y por qué ahora sí lo escribió bien), cuando venía de hacer un cine independiente más cercano a lo artístico y tan alejado (en ese momento) de la poderosísima fuerza gravitacional de Planet Hollywood. Nolan sacó a Batman del universo FANTÁSTICO del Cómic , literalmente lo extrajo de las novelas gráficas y lo pocisionó en un contexto tremendamente realista. Y desde Batman Inicia comenzó a resquebrajar el género de las películas de superhéroes. Pero es ahora con esta segunda parte que logra la ruptura total y supera de nuevo las expectativas al mostrar a un (falso) superhéroe en un mundo muy reconocible con una situación criminal y delictiva crítica. Las locaciones ya no son recreadas como en la primera y la trama es mucho más ambiciosa, compleja y hasta global (el murciégalo vuele a un país… real). Nolan, para mí, ha hecho mucho con ésta su sexta película pues el tono y la forma de este Batman son de un realismo pasmoso por el tratamiento que da el guión coescrito con su hermano. Batman el Caballero de la noche ha hecho madurar al género (de superhéroes), pues el personaje ha alcanzado la “adultez” en Cine demarcándose de todas las demás de su ex- género y es difícil que cualquier otra adaptación de una historieta - pasada y futura - alcance la altura que Nolan le dio al personaje.
Christopher Nolan es el cineasta talentoso que Hollywood necesitaba para revolucionar un género (y no los directores génericos que tiene adentro que maquilan películas formulaicas eficientes en taquilla y entretenidas, pero hasta ahí), pues siempre se ha nutrido de talentos excepcionales del cine independiente (de arte, de autor). El mismísimo Peter Jackson, ahora Guillermo Del toro. Pero antes fueron Lucas o Coppola. Y si no hay el talento en su país, lo recluta de todo el mundo como desde siempre lo ha hecho: Elia Kazan, Billy Wilder, Frank Capra, etc, etc. etc. Y ese fenómeno de regeneración que tiene Hollywood es muy llamativo (e interesante para quien teclea esto, últimamente): cuando aparentemente peor se encuentra, siempre hay pequeñas dosis de anarquismo que los genios de fuera inyectan al Sistema desde adentro. Son los visionarios que, con una Gran Idea materializada perfectamente en una Magna Obra, logran transgredir la Fórmula: Star Wars, El Padrino, El Señor de los Anillos... Y ahora BATMAN ha alterado el estado de las cosas en el género fantástico de los superhéroes.

jueves, 24 de julio de 2008

Paralelismos

Por decisión unánime de (El Gran) Público (Churrero) y Crítica: la nueva de Basman está bien CHINGONA. En efecto, Jolibud con este banquetazo fílmico del murciélago cierra su temporada churriniega de blockbusters, como les llaman a los megachurros que atestan las salas de todo el mundo de mayo a julio. A ver, este es el Final de la historia, y vámonos patrás alterando la narrativa para llegar de reversa hasta el Inicio, como hizo este genial director de Batman el Caballero de la Noche en Memento (o Amnesia). Se dijo que Tarantino con su incomprendida Death Proof se alzaba como una propuesta de ruptura respecto a una forma preconcebida de hacer cine, así como en su momento lo fue Blade runner. Y como en su momento también le pasó a Alfred Hitchcock cuando la Crítica (ciega, pedante y pendeja) salió rasgandose las faldas a increparlo reprochándole que por qué salía con sus mamadas realizando una película fatua y de entretenimiento pueril como Psicosis, una historia vana que emulaba a las contadas en filmes baratos sensacionalistas dirigidos a un público ávido de entretenimiento fácil con tramas que involucrasen asesinatos y sangre, sí, el siempre menospreciado género de Terror. Que cómo era posible que una Vaca Sagrada Viviente (Hitchcock/Tarantino) hiciera un filme “menor” de un argumento “trivial” y cuyo protagonista era un simple psicópata (Norman Bates/Stutman Mike). ¡Horror, horror!. Pues bien, Ridley Scott, Quentin Tarantino y Alfred Hitchcock (guardando toda proporción entre ellos) son el ejemplo perfecto de cineastas visionarios y artistas completos que se atreven a ir contra la corriente contando historias valientes que pueden no gustar a las mayorías al no entender los planteamientos. Hitchcock ya era un Capítulo del Cine (sí, ¿no?, ¿o qué, o cómo?) cuando presentó en sociedad Psicosis, y su reputación no le eximió de ser severamente vilipendiado y moqueado por los que Sí saben de Cine, según ellos (la Crítica).
Pues sí, hay otro director que rompió madres con su nueva película y que inició el camino con la primer entrega. Pero esto ya se alargó y se deja para la próxima dando así el salto temporal y regresando al Inico (¿o terminando en el Final, o era el Inicio?). Bueno, el experimento no funcionó. Y la mención de Psicosis-Hitchcock no es una prueba de que A prueba de muerte sea, desde ya, un clásico; ni lo de Blade runner es un argumento que lo respalde. Es... mera coincidencia. (Y para polemizar y escandalizar, si cabe; nada más).

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