jueves, 11 de febrero de 2010

LOS LÍMITES DEL CONTROL: (1 de 2) Jarmusch usa la imaginación

"El universo no tiene bordes ni centro"...
La nueva película del norteamericano JIM JARMUSCH es, en mi opinión, un discurso narrativo riquísimo en contenido expresado con lo mínimo. Ese es el estilo en sus diez películas y ya es un lugar común. El cine de Jarmusch es mucho más que sólo decir "minimalista". Los límites del control es muchas cosas. Primera: la cuestión del Arte baña toda la película. Los contactos hablan de las chulas artes en sus "charlas" con el callado protagnista: sobre Música (Schubert, la memoria de los instrumentos), Teatro y la bohème; Cine con citas a Hitchcock y Orson Wells; el protagonista mismo acude al Museo Reina Sofía a que el Arte le de las respuestas sobre sus contactos(las pinturas le revelan sus primeros dos contactos). Segunda: la estética de la pélícula es una delicia, muestra muchas simetría con figuras geométricas. Hasta la primera parte posee líneas rectas (barandales, pasamanos, pilares de las estaciones de tren/avión) y onduladas (escaleras, las carreteras); así como figuras circulares (tazas de café, el hotel, lámparas) y cuadriculares (mesas, ventanas, puertas, azulejos/mosaicos). Visualmente está contruida con una especie de estilo pictórico, en consonancia con la idea del Arte. Tercero: la crítica del director hacia el star sistem hollywoodense sigue presente. La historia de un asesino es la respuesta a cine efectista y artificial de las pelícuals de espías y trhillers de Papá Jolibud, el protagonista es la antítesis de James Bond. Aquí no hay explosiones, balazos ni persecuciones llenas de efectos especiales. "No sex, no moviles, no guns", dice la muer desnuda. Las locaciones mismas son el opuesto a la artificialidad del cine industrial norteamericano: aquí sólo se muestran lugares pequeños, edificios grafiteados y no las postales de photoshop de las capitales europeas con las que Hollywood adorna la realidad virtual en sus películas.
FRASES y especulaciones respecto a su "significado"... "¿Usted es un gásnter americano?", le dicen unos infantes españoles al protagonista, producto de es imagen de "matón" que Jolibud ha implantado ya en la mente del espectador mundial. "Usted no habla español, ¿verdad?", inquiere cada contacto al protagonista ¡en castellano!. (Porque los gringos sólo hablan un sólo idioma, en promedio, a diferecnia del mundo, ¿será?). "La vida no vale nada", la frase de José Alfredo Jímenez que se menciona a lo largo de toda la película, también en español. (Porque aquí sólo hay una muerte, y porque en las gringaderas a cada rato matan a seres humanos como si fuera lo más natural y así no es la vida real, diría el director...). O porque la vida es corta en relación al Arte, que se resume en una celéberrima frase latina: Ars longa vita brevis. Porque no importan las limitantes que impone el mercado/dinero ni el dominio que pretenda ejercer el poderoso y/o la autoridad respecto a las ideas o la creatividad... figura contenida en el personaje que interpreta Bill Murray.
Todas las frases/diaólogos tienen incidencia directa sobre la trama, los personajes, sobre el artifico del Cine mismo y la postura que el director refleja en la película sobre tema varios. La mejor frase está al final de los créditos finales: Si el universo no tiene bordes (límites) ni centro (de control), por qué el Cine - y más el de Jarmusch - habría del tenerlo...
"NO LIMITS NO CONTROL"

martes, 9 de febrero de 2010

UN HOMBRE SERIO: El principio de Incertidumbre...

El principio de Incertidumbre de Heisenberg... y de los Coen. El protagonista es profesor de física/matemáticas. Y su mundo está por derrumbarse ante sus ojos. Sí, los Coen son unos pinches burlones, se mofan en toda su filmografía de situaciones, personajes, instituciones... y ahora, de la comunidad judía. La película tiene un sabroso humor negro en su tinta de inicio a fin, tan propio de los directores, con el cual ridiculizan el "rabinato" de los judíos, ése donde los integrantes siempre piden ayuda/auxilio/consejo a un Paco Rabino para solucionar sus problemas. Y ese "sistema" de ayuda de los judíos norteamericanos es una mamada... según los directores, cuya ironía se acentúa porque los mismos Coen pertenecen a esa comunidad: los Coen son judíos. El judío serio en cuestión nunca sabe qué está pasando bien a bien en su vida, en su casa, en su trabajo: no sabe por qué su esposa se quiere divorciar, por qué su hijo llega corriendo a la casa, por qué su vecino traspasa el límite territorial, qué hace su hermano ...es más, nunca sabe cuánto le va a cobrar el abogánster por llevar su caso (hasta que le llegan los honorarios a su oficina). No sabe siquiera que el huracán de su vida apenas comienza (o que nunca terminará), no sabe que su tornado personal se trasladará a uno climatológico que caerá sobre su ciudad (la escena final). Y en el prólogo-escena inicial: ¿el rabí estaba poseído por el diablo o no?: "bendito sea Dios, ya se fue el Demonio", dice la esposa cuando cierra la puerta. ¿Sí era un "espíritu" o la esposa asesinó al rabino?. El espectador nunca sabrá si era Dios o el Diablo el que entró a su morada (esa idea me parece aterradora, y risible también). Nadie sabe nada, ni los Coen sabe qué pasa en ese Universo creado por ellos. El principo de Incertidumbre que el hombre serio les explica a sus alumnos... MUY BUENA. Tanto, que no me extraña que esté nominada a Mejor película en los churróscares del próximo marzo.
El guión me parece muy bueno (no sé si esté nominada en ese apartado) y la historia está muy bien contada. El humor es negrísimo, tanto, que a veces uno si se compadece por tanta desgracia que cae sobre el protagonista: es para reír o para llorar. Y por muy comedia de humor ácido que sea, me parece que es mucho más que eso. ¿Por qué?. Porque relaciona de manera muy inteligente el concepto físico de Heisenberg con la trama, además pienso que los Coen tienen una mirada muy perspicaz retratar a la sociedad norteamericana, a una sociedad muy alejada a como la representa Jolibud. Son personajes/historias de una "américa profunda", como dijo Javier Bardem cuando actúo para ellos; unos personajes con una determinada forma de pensar/actuar muy auténtica según su condición y/o profesión. Y porque los Coen me parecen unos hombres muy serios, que aunque hagan comedias "ligeras" o absurdas (como Quémese... o Fargo), profundizan más allá de la mera frivolidad.

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