sábado, 11 de septiembre de 2010

EL CINE MEXICANO (actual): Películas sin atractivo comercial

Las películas que recientemente se han estado publicitando y exhibiendo por ser parte de los festejos del Bicentenario, y sobre todo las "históricas" (CHICOGRANDE, EL ATENTADO y próximamente HIDALGO), son buenas películas (El atentado... no tanto, la de Hidalgo no se ha estrenado, pero se ve dostrés) pero ello no las hace necesariamente del gusto de la mayoría, comercialmente NO son atractivas porque simple y sencillamente son unas películas "aburridas", es decir, de esas que son lentas, sin música, sin "acción", pocos diálogos, escenas largas, etc. Chicogrande es una excelente película, pero NO es precisamente ENTRETENIDA. Lo cual resulta lamentable puesto que si son películas de época que hablan (in)directamente de la Independencia y/o la Revolución, lo ideal sería que esas películas llegar al mayor número posible de espectadores y que muchos mexicanos las vieran. Pero en estos dos casos no es así. Primero porque sus directores tienen más de 70 años y están acostumbrados a hacer películas que para el público de HOY no son precisamente las que más llamen la atención a la hora de pagar un boleto por la función.
Cosa diferente es No eres tú, soy yo, esa sí que es para el Gran Público. ¿Por qué?. Porque es una comedia romántica, porque tiene a Derbez de protagonsita, porque se asume que ofrece DIVERSIÓN y entretenimiento (si cumple o no con ese afán, ya es diferente; pero parece ser que al día de hoy mucho mas personas han pagado un boleto por ver esa película que por ver una como El atentado). El infierno es un caso diferente, como Cine es algo bien hecho, es una película de "calidad" y además, es COMERCIAL porque es una comedia, de humor negro, pero eso la hace más atractiva para pagar un boleto y reir un rato (y también REFLEXIONAR). Aquí la cuestión es que si de por sí casi nunca se hacen películas históricas (resulta muy caro realizarlas), cuando las hacen deberían ser hasta cierto ounto "educativas": representar la HISTORIA de este país. Pero la película sobre la Revolución (Chicogrande) y el Porfiriato (El atentado) no son de esas que lleguen a oídos de boca en boca. La "calidad" de una película (como Cine, bien hecha) no es sinónimo de que mucha gente la vea. Y hay algunas que aunque estén malhechonas (como la de Derbez) son para un consumo masivo.
Desde la primaria tal vez, pero sobre todo en Secundaria y Preparatria la materia de Historia (ya sea de México o Universal) entre el alumando históricamente siempre ha sido de esas clases que dan una enorme HUEVA, la verdad; habrá a quien sí le guste y le interese pero por lo regular son de esos cursos que a nadie le interesa. Porque ah, que pinche aburrición es/era esa clase: tantos nombres, fechas, lugares... y aparte con esos pinches Maestros (y más si son ya unos profesores de edad avanzada) que con su metodología de esnseñanza dan aún más flojera: puro dictar y dictar, leer tooooodo el pinche libro (detenerse sólo para dar "explicaciones" fugaces y reiniciar) y estar apuntando toda la clase en chinga... por ello desde tiempos inmemoriales la clase de Historia ha sido una verdadera carga. Pero si en las aulas da hueva, queda la opción de que te la cuenten en una película, como en las películas gringas que hacen recreaciones de sucesos, personajes, batallas, o épocas completas de tal nación. Pero lamentablemente el Cine Mexicano no lo hace. Y la Historia de este país NO es ni tiene por que ser aburrida, confusa, de flojera; ni en las aulas ni en el Cine. Al contrario: puede, debe ser y de hecho es muy INTERESANTE, no a todos le podría resultar apasionante pero al menos el alumnado pondría atención y retendría más cosas que las que habitualmente está dispuesto a aprehender (con H, de Historia).

miércoles, 8 de septiembre de 2010

CHICOGRANDE (2 de 2): La expedición (histórica) de Cazals

Felipe Cazals es el director de la Santisíma Trinidad que significan tres de las películas más representativas del cine mexicano: Canoa (con Salvador Sánchez, Ernesto Gómez Cruz), El apando (Manuel Ojeda, José Carlos Ruíz, María Rojo) y Las poquianchis (Diana Bracho, Gonzálo Vega, Patricia Reyes Spíndola), todas de 1976. Una trilogía que documenta tragedias de cruentas historias reales; desde el linchamiento de los trabajadores universitarios en Puebla, el drama carcelario que padeció José Revueltas en Lecumberri y la prostitución de mujeres explotadas en León y San Pancho; respectivamente. Ahora, Cazals hace otra expedición en el tiempo para contar la historia (ficticia, creo) de lealtad de un soldado villista que protegía el escondite del revolucinario de las tropas norteamericanas.
La película es muy buena, para los casi 80 años del director, me sorprendió y por mucho está mejor realizada-dirigida-actuada que El atentado, de Jorge Fons. Actoralmente Cazal exprime lo mejor de sus principales protagonistas: Damián Alcázar es una piola (lo que es él y Daniel Gímenez Cacho son lo mejor de su generación) interpreteando al soldado Chicogrande del título. Daniel Martínez (Paradas continuas, El estudiante; él es el maestro que embaraza a la alumna) aquí sorprende por su interpreteación del militar gringo obsesionado con Villa, su acento del inglés me pareció muy bueno (para no ser angloparlante); y junto a Juan Manuel Bernal (La habitación azul) creo que dan las mejores actuaciones de sus carreras; el acento de Bernal es aún mejor, tanto que no sé si fue doblado. En lo técnico, la FOTOGRAFÍA destaca con ese tono "sepia": la tierra, los cerros, el polvo, el adobe de las casas viejas, etc. Y esos paisajes le da un (saboroso) tono Western a la película. La MÚSICA, aunque poca, encaja muy bien y realza el dramatismo de las escenas que adorna. La recreación de la época (vestuario, filmada en locaciones de Durango) es muy buena. Lo malo pudiera ser, si acaso, la falta de gringos reales como soldados de las tropas norteamericanas, el uso de gente rubia al menos. De ai en más, todo bien.
La escena donde Chicogrande (Alcázar) le dice al médico estadounidense (Bernal) el por qué de su férrea lealtad a un simple robavacas es de las mejores escenas, emocionalmente; junto con la última parte de la película que es donde se pone buena. La película anterior del director fue Las vueltas del citrillo (Alcázar, J. M. Yazpik, Jorge Zárate) que cuenta las andanzas de tres militares en la época del porfiriato, situada en los alrededores de uan cantina donde siempre se reunian a emborracharse con pulque, y que también es muy buena, muy sólida, como Chicogrande.

domingo, 5 de septiembre de 2010

CHICOGRANDE (1 de 2): La expedición punitiva (en la Historia)

La expedición punitiva, 1916. Y todo porque Pancho Villa todo pedo fue a echar gritos y sombrerazos del otro lado del Bravo. Cuenta la leyenda que don Frank Village, ardido por la madriza que los carrancistas le estaban acomodando y resentido con el gobierno norteamericano porque había reconocido oficialmente al novel gobierno de Don Venus, atacó un pueblo, que digo pueblo, atacó una rascuache aldea gringa formada por 20 casas y un putero. Saldo del ataque relámpago (una variación de la "Blitzkrieg" alemana): tres ventanas rotas, una cruda épica, tres villistas aporreados, una rajada en la nalga de un villano y una nueva esposa para el Centauro del norte. En sí no pasó nada, nada más que los gringos se lo tomaron muy a pecho y midiéndole el agua a los camotes, el presidente yanqui envió todo un regimiento para atrapar al robavacas de Doroteo Arango en la sierra de Chihuahua, con el consentimiento de Carranza que dio visto bueno a la incursión en territorio nacional del ejército norteamericano.
En realidad, hay varias versiones del ataque a Columbus. Unos dicen que Villa estaba persiguiendo a un pelao que le debía una lana por la presunta venta de armas que no le había entregado; otros aseguran que Villa buscaba dinero y/o armas en ese poblado; alguien asegura incluso que Villa fue manipulado por espías alemanes para así provocar un enfrentamiento bélico entre México y Estados Unidos, previendo que el gorbierno gringo invadiera México y así evitar una posible entromición del ejército estadounidense en el conflicto bélico en Europa. Haiga sido como haiga sido, diría el filósofo Felipe Calderón luego de su pírrica victoria en las urnas por un sospechoso 0.5 % en la votación, Villa tiene la gracia de que es el único que ha transgredido las fronteras del Imperio en toda su historia. Y nunca lo catigaron por el chistecito. Quizá porque para ese entonces, Estados Unidos ya se estaba preparando para su inminente ingreso a la guerra. Y así lo hizo un año después, en 1917 mandó tropas al Viejo continente, luego de que el Servicio Secreto de Inteligencia británico interceptara un telegrama alemán enviado por el político Arthur Zimmerman a través de cables submarinos hasta Texas, al Servicio postal de la Wester Union, para de ahí ser redireccionado a la embajada alemana en México.
Conocido como El telegrama Zimmerman, en pocas palabras el Kásiser Alemán invitaba a Carranza para que entre ambos países (junto con Japón) le declararan la guerra a los Estados Unidos. Alemania le prometía al gobierno mexicano ayuda finaciera, apoyo armamentista para sus fuerzas armadas, tecnología, etc. Pero sobre todo, lo más sabroso es que se comprometía a que una vez vencido el poderoso vecino del norte, el Káiser le devolvería a México la mitad del territorio perdido siete décadas atrás. La oferta era tentadora para Carranza, quien se relamió sus barbas ante la posibilidad de tal proeza, pero después le sudaron los glúteos ante la posibilidad que el maravilloso plan no funcionara, y los Estados Unidos recorrieran su frontera hasta Jalisco y sufrir otra invasión gringa y mutilar nuevamente territorio nacional. La idea era muy buena, pero era demasiado bella para ser realizable. Y menos porque los ingleses interceptaron y descifraron el mensaje desde Londres y fueron con el chisme a los gringos, quienes inmediatamente declararon la guerra al Estado alemán. El general que estuvo persiguiendo a Villa infructuosamente en la sierra, meses después desembarcó en Europa y al parecer tuvo una destacada participación en las batallas decisivas para derrotar al Imperio Alemán.
De igual manera, Villa murió (asesinado) en noséqué año, pero antes de 1920; Zapata emboscado el 10 de abril de ¿1916? en la Hacienda de Chinameca. Carranza (junto al vicepresidente ¿Pino Suárez?) mandados matar por ¿Huerta? en un camino de Puebla, cuando se dirigían al Puerto de Veracruz rumbo al exilio. Papá Porfirio murió en Francia en ¿1917?. Madero en ¿1911?. Así murió la Revuelta, digo, la Revolución mexicana.
Fue más o menos así, si no mal recuerdo, o si recuerdo mal, que la nación me lo demande. En todo caso ahí está el video, pa aclarar dudas o yerros del que telcleó esto. ¿¿¿Y la película, apá???. Pérate, mijo, esa es pa la siguiente estrada-post. ¡Oh, pues, post cómo se llame!

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