lunes, 25 de agosto de 2008

2008: Odisea del Estado (2 de 3)

Segunda Parte: Política Total
1936: Juegos Olímpicos de Berlín. Leni Riefensthal fue la cineasta encargada de glorificar el Nacionalsocialismo a través del deporte olímpico. Y la mujer fue condenada por sus documentales abiertamente propagandísticos a favor de un régimen fascista como el alemán del Tercer Reich. Ideologías políticas aparte, sus documentales cumbre son considerados por los que dicen saber, como Obras Maestras del documentalismo cinematográfico y del Cine en general: Olimpia y El triunfo de la voluntad… dicen, no los he visto, pero despierta la curiosidad saber con qué recursos técnicos innovó el Cine para ensalzar al mismísimo Führer. Recientemente, la actriz y ahora activista política Mia Farrow acusó públicamente desde Estados Unidos a Steven Spelbierg de ser el “Leni Riefensthal” del gobierno chino, por prestar sus servicios al Comité Organizador de los Juegos de Beijing para la Ceremonia de Apertura… y eso a Spielberg le caló y mejor renunció. (Mejor, porque para encender la llama olímpica hubiera propuesto que llegara un Ovni y medio abduciera al portador de la llama, para así elevarlo hasta el pebetero, mientras que un extraterrestre y un niño-robot cargando un osito de peluche descendían al Nido de Pájaro para hacer un llamado de Paz a la Humanidad …)
El Arte no escapa a la intromisión del Estado, y el Cine como instrumento de “control” gubernamental es un medio de manipulación muy efectivo (el Cine per se es manipulación de imágenes). Hitler, a través de su compadre Goebbels, lo supo y lo empleó a fondo en la Olimpiada y posteriormente en la guerra. Y ahora Estados Unidos, a través de su propio Goebbels, un Agente del Servicio Secreto de apelllido Wood y nombre Holly, lo ha sabido explotar como nunca antes ningún Estado lo había hecho. Pues todas, pero todas las películas bélicas que se han producido en Estados Unidos han sido “asesoradas” por el mismísimo Pentágono o agencias gubernamentales. Odisesa del espacio (1968) de Kubrick por la NASA misma en plena guerra fría. Y si el Tío Sam empleo esa magna obra de arte para fines propagandísticos, Mamá Rusia respondió a su enemigo con otro imponente filme dirigido por un titán cinematográfico de la misma talla – que ya es mucho decir - del director norteamericano: Solaris (1972) de Anrdrei Tarkovsky… asegún.
El deporte, el arte (en este caso el Cine) o cualquier actividad o manifestación social-cultural está irremediablemente politizada. Todo es cuestión de política. O dinero. No importa que Bono no sepa (o por vanidad le haga al pazguato) que es utilizado por algunos gobiernos y sus mandatarios que, para quedar bien, muy sonrientes se toman fotos con él después de “escuchar” sus quejas, protestas y/o sugerencias; y eso a ojos miopes de la sociedad (mundial) es muy bien visto, todo mundo lo aprueba y cree en las intenciones y declaraciones de los políticos… porque Bono es buen pedo y se sabe de su buena fe. Y para celebrar, se organiza todo un chou: subastas, conciertos por la paz, por el calentamiento global, por esto y por lotro...
(Casi) FIN. Próximamente "Epílogo".

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